¿Qué está haciendo el embajador en la protesta ciudadana?

La presencia del Embajador Todd en la manifestación ahora en desarrollo frente al Congreso es señal clara que EE.UU. ya está entrando a una nueva etapa en su envolvimiento en la protesta ciudadana en Guatemala. Es una estrategia sutil y profundamente hegemonizante.

Hasta hoy el embajador se había quedado al margen de la ciudadanía, con declaraciones de apoyo a la CICIG y con apoyo a OPM a cambio de aprobar el nuevo período de la CICIG y de continuar con el Plan para la Prosperidad. Hasta hoy estaban midiendo hasta qué punto la protesta ciudadana era susceptible de quedarse en la demanda por re-normalizar la vida política y solucionar algunos aspectos de la crisis de legitimidad desatada a partir del 16 de abril. Hasta hoy se habían quedado observando si la crisis de hegemonía por la que está atravesando el Estado entero iba a desbordar los mecanismos institucionales de canalización de la misma protesta. El consenso que ya empieza a surgir en torno a las propuestas casi gemelas del TSE y de la Plataforma Nacional y el hecho de que la ciudadanía en protesta les ha dado avale implica que La Embajada ya tiene una respuesta y, por consiguiente, una estrategia. Los sectores mas organizados de la <<sociedad civil>> – creada y nutrida por donadores internacionales incluyendo EE.UU – le ha puesto a los grupos dominantes en sus propias manos la clave de la salida de la presente crisis de dominación.

Hoy es claro, en efecto, que La Embajada ya está haciendo todo lo que puede para influir y transformar la protesta ciudadana en una especie de <<reformismo de color>>. Esto es parte de la política global gringa que se conoce como <<promoción democrática>> tal y como lo han hecho desde Ucrania hasta las Primaveras Árabes. Se trata de una política que no solamente desactiva la protesta ciudadana que pone en peligro la <<seguridad nacional>> de EE.UU. – incluyendo sus planes militares, económicos y culturales – por el riesgo de un proceso destituyente de carácter revolucionario que resulte en un régimen jabobino de abajo, de ruptura, como el de Bolivia, Ecuador o Venezuela. También es una política que transforma la protesta desde adentro mismo por medio de activar o reclutar cuadros que manejan un discurso reformista o de extremo centrismo al mismo tiempo que se mobilizan valores como <<tanques de pensamiento>>, ONGs y organizaciones de la llamada <<sociedad civil>> que, cuando actúan en conjunto, crean el espejismo del reformismo desde abajo, independiente y autónomo. La Embajada ya encontró la manera de cómo presentar su propio plan como si fuera el plan del movimiento de protesta ciudadana. Y tanto <<agradecimiento>> de activistas ciudadanos por la presencia del Embajador Todd en las calles, <<con la gente>>, es solo el principio de la restauración y la restitución hegemónica.

Entiendo la posición de no confrontación que debe asumir la protesta ciudadana, es decir, la estrategia de <<no violencia>> incluso contra el representante de tanta desestabilización de democracias populares en el hemisferio y en el mundo. Pero esto no debe significar que hay que bailar al tono que toque el Poder que hoy también le está dando apoyo sólido a OPM. Si el movimiento ciudadano no se da cuenta del papel histórico y coyuntural de La Embajada en arruinar las luchas, las pasiones y los deseos del pueblo y la ciudadanía, La Embajada y sus aliados/as locales ya ganaron la lucha hegemónica.

Vamos patria hacia la ‪#‎RefundacionYa‬

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente profesor adjunto en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University

Publicado en albedrío el 8 de julio de 2015 http://tinyurl.com/pqq7tmq

Foto: laprensagrafica.com

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