Posiciones Básicas

Posiciones Básicas

Marco Fonseca*

Yo creo en una democracia popular, participativa y protagónica como en Cuba, Bolivia, Ecuador y Venezuela.

Yo creo en la mobilización de los grupos subalternos sin necesidad del recurso a la violencia, al centralismo o la burocratización.

Creo también en la idea de una Refundación basada en la construcción de un sujeto colectivo (quizás una mayoría o quizás una minoría capaz de dirigir) para cambiar el sistema desde abajo y desde la raíz.

Estoy seguro que habemos muchos/as que compartimos estos criterios mínimos, en mayor o menor medida, pero que en las condiciones presentes no tenemos la forma de dirimir o afinar las diferencias.

En los últimos meses, en Guatemala, hemos aprendiendo mucho de la juventud que opera de modo muy diferente a las movilizaciones sociales, populares o revolucionarias de los años 60s-90s.

Desde que empezó a globalizarse la nueva revolución tecnológica e informática, las luchas políticas han cambiado radicalmente. En 1986 por primera vez se derrocó una dictadura usando celulares en lugar de escopetas. Se trató de la deposición del autócrata dictador filipino Ferdinand Marcos empleando celulares como instrumento descentralizado de movilización popular y ciudadana que su dictadura no pudo controlar. Desde entonces, con la expansión de la revolución informática y la construcción de Internet y las redes sociales, también han cambiado las condiciones comunicativas de la acción y organización política. Ha sido gracias a las redes sociales, por ejemplo, que se organizaron las Primaveras Árabes, Occupy Wall Street en Nueva York, el movimiento estudiantil en Chile y Podemos en España. Hasta el movimiento zapatista, de hecho, fue una vez calificado – erróneamente – como el primer movimeinto revolucionario <<postmodernista>> precisamente por el uso que hizo de la tecnología informática y su carácter consensual y descentralizado.

Ya desde los años 60s existía la teoría de la multiplicidad y heterogeneidad rizomática en el trabajo de pensadores como Gilles Deleuze, pero no había surgido la práctica política de lo rizomático ni en Europa ni en Latinoamérica. Ya desde fines de los 50s y 60s había llegado también el pensamiento de Gramsci a Latinoamérica por vía de Argentina pero Guatemala estaba rezagada en términos de teoría y práctica política.

En todo ese período los/as revolucionarios/as estaban todavía anclados/as al pensamiento marxista-leninista ortodoxo (como se podía leer en el trabajo de Marta Harnecker) a pesar de las innovaciones propias introducidas por la experiencia cubana, el desarrollo de la <<guerra popular prolongada>> y la incorporación masiva del sujeto indígena al proceso de cambio como lo demuestra el trabajo de Mario Payeras.

Desde la <<transición democrática>> mucha gente de izquierda se convirtió en gente social-demócrata o en gente abiertamente liberal, advocando la política oenegera (y de <<proyectos>> infinitos finaciados por la cooperación extranjera de Europa o EE.UU) de los <<derechos humanos>> y del <<desarrollo humano>> – discursos de las Naciones Unidas – en el contexto de construir y fortalecer el <<Estado democrático de derecho>> – discurso de promoción de la democracia desde que Reagan anunció su <<proyecto democracia>> como política global de EE.UU. Con la falla del proyecto de transición, con la falla de la poliarquía neoliberal, todo esto ha cambiado.

Una de las lecciones de #RenunciaYa es pues, aunque la gente no esté acarriando pancartas pregonándolo, que hoy no podemos hacer política sin un reconomiento profundo de lo autónomo, horizontal y participativo desde abajo y sin una organizacion nacional-popular en donde <<convergan>> – en vocablo prestado de Ernesto Laclau – esos dos momentos hoy irreductibles el uno al otro a efecto de montar un proyecto radical desde abajo y desde todos/as.

Vamos patria a la #RefundaciónYa

* Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente profesor adjunto en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

Foto: Gustav Klimt | Jenny Connected jennymackness.wordpress.com

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jennymackness.wordpress.com

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