¿Hacia la desobediencia civil?
Marco Fonseca
El modelo de <<desobediencia civil>> que hemos heredado de Gandhi y que ahora está siendo curiosamente propuesto en Guatemala ha sido criticado, de manera devastadora, por su connacional feminista Arundhati Roy (http://tinyurl.com/oosoaul).
Yo agrego: la <<desobediencia civil>> como se entiende en el occidente liberal y neoliberal es, de hecho, un privilegio de clase y no solo una estrategia política de lucha de carácter universal. Solo ciertos estratos sociales hablan y pueden hablar (énfasis en poder hablar, en capacidad de articular, en presencia en la esfera pública, etc.). Otros estratos sociales, sin embargo, entienden su participación, su intervención o su <<contestación>> política de manera agónica, catártica, rizomática y jacobina. Esos son, sobre todo, sujetos colectivos sociales y populares cuyo despojo material es cuestión de vida o muerte y no solo cuestión de oportunidad o de ascenso social.
Como lo ha dicho el filósofo esloveno Slavoj Žižek en repetidas ocasiones, la violencia radical del sistema tiene, después de todo, piel de cocodrilo y no le cala la desobediencia civil así nomás. ¿Acaso el movimiento de Occupy Wall Street nos llevó a algún cambio estructural en el comportamiento de Wall Street? Para nada. ¡La mayoría de activistas pararon de oenegeros! Mientras tanto Wall Street no solo a regresado a sus vicios previos a la Gran Recesión y corrupción financiera antes de 2008 sino que, de hecho, se ha expandido aún mas gracias a los rescates que recibieron con impuestos de la ciudadanía.
Como ha sido observado correctamente por mucha gente en las calles y en los medios alternativos de comunicación en Guatemala, ya casi llegando a cuatro meses de protestas ciudadanas pacíficas (en esencia una forma de desobediencia civil) OPM sigue en el poder, su régimen sigue adelante vendiendo la patria y baboseando a medio mundo, la campaña electoral ya se encuentra en marcha y los partidos prometiendo el cielo y la Tierra y la <<institucionalidad>> está trabajando a todo motor para restaurar la gobernabilidad democrática, tan preciada para el extremo centrismo. Es más, por mucho que se ha gritado en la calle y demandado que renuncie OPM, el Embajador de EE.UU. mismo se ha callado al respecto, igual que la misma CICIG, y en el caso de EE.UU. sabemos que le están dando apoyo concreto a cambio de satisfacer demandas de EE.UU. entre las que están respetar el trabajo de la CICIG, respetar los TLCs de Guatemala e implementar la Alianza para la Prosperidad. A eso fue, en esencia, a lo que se debió la visita de Thomas Shannon a Guate: un gesto público de apoyo a la CICIG y un gesto privado de apoyo a OPM.
El llamado a la <<desobediencia civil>>, parte de un discurso netamente liberal, no está saliendo de los sectores más subalternos y de más trayectoria de lucha en Guatemala. Al contrario, está saliendo de actores que, en varios casos, nacieron literalmente en los últimos dos o tres meses y que han sido catapultados a la vanguardia de la protesta ciudadana por la naturaleza misma del Evento que nos ha traido una oportunidad para la #Refundación.
El próximo paso debe ser, sin embargo, hacia el jacobinismo, un activismo mas militante, una <<guerra de posiciones>> contra-hegemónica que llegue a la raíz de la crisis que hoy confronta el Estado en Guatemala y que ha abierto una ventana de oportunidad como no la habíamos tenido en casi 20 años. No es hora de ningún pacifismo y transformismo restaurador que no nos va a llevar a la #Refundacion.
Vamos patria hacia la #RefundaciónYa