¿Qué representa Jimmy Morales?

¿Qué representa Jimmy Morales?*

Marco Fonseca

Digámoslo de una vez por todas: Jimmy Morales no llega ni a los tobillos de Beppe Grillo. Aún así, sin embago, dadas las condiciones deplorables de las opciones políticas mas grandes en oferta (Líder, PP y UNE), puede constituirse en el caballo negro en un proceso electoral que, lejos de simplemente canalizar la «antipolítica» busca legitimarse con la figura muy latinoamericana del excluido, del de afuera, que sí tiene y debe tener el chance de participar e, incluso, de ganar elecciones.

Hoy día, pues, el sistema político chapín ha generado una excrecencia que el mismo sistema quiere reciclar, dialéctamente, como su propio insumo de rejuvenización y renovación. Por ello es que la comparación mas adecuada de Morales no es con Podemos sino con gente como Fujimori. Y los nexos entre Jimmy Morales y Byron Lima, aunque no prueben nada, son suficientes para hacerce preguntas interesantes. ¿Quién está detrás de Morales y del FCN?

Pues morales no ha surgido de #RenunciaYa ni el movimiento le ha dado su apoyo a él o a cualquier otra opción electoral presente aunque pretenda representar la «antipolítica». Porque #RenunciaYa no es – como lo plantean quizás los ideólogos del mercado libre – la voz de la antipolítica sino, al contrario, de la refundación de la misma sobre bases políticas totalmente nuevas. #RenunciaYa ha, de hecho, repolitizado lo que mucha gente ya había venido a considerar como cosas fuera de la política. El problema, quizás, es que #RenunciaYa no ha logrado repolitizar todo lo que hay que repolitizar incluyendo, por ejemplo, el modelo capitalista extractivista, exportador y neoliberal que domina la economía en Guatemala. De allí la falta de apoyo y consciencia en #RenunciaYa – y otros grupos aliados de la clase media – con respecto, por ejemplo, de las luchas contra el cambio climático, el extractivismo y las luchas indígenas. O sea que #RenunciaYa todavía tiene mucho que avanzar. Y lo que representa Morales no es el avance de las luchas ciudadanas y, mucho menos, de una agenda ciudadana realmente reformista y refundadora sino su posible dilución y cooptación. Morales representa una restauración trágica de toda la excrescencia política chapina pero por la vía cómica. Desde luego que él se está beneficiando del descontento que #RenunciaYa ha destapado y puesto al manifiesto contra la clase política hasta ahora dominante, pero él lo está canalizado – tal y como el sistema lo requiere – hacia la recaptura del voto por medio del mismo sistema electoral corrupto que ha producido la presente crisis haciéndolo sentir como si optar por él abre el paso para la pura manifestación de rechazo y de protesta. Ignorar esta dinámica es no saber hacer análisis político mínimo.

Lo que dicen las encuestas sobre gente como Morales – ya no digamos las encuestras compradas por gente como Baldizón, como lo ha revelado Nómada – es en sí mismo parte del espectáculo o del circo electoral en tanto que las encuestas de opinión suplen, por el diseño de sus propias preguntas y las respuestas que evocan de gente que en general está poco informada, el lenguage de los/as analistas, de los/as activistas e incluso de los/as políticos/as que se ofrecen y empaquetan como si fueran mercancías ideológicas para la compra y la venta. Las encuestas son pues parte del problema, son parte del juego político, son cuestión del poder mismo y no son un simple reflejo de la realidad política ciudadana. Nadie que fundamente sus análisis electorales sobre las mismas puede decir – como si fuera «científico» – que «así son las cosas» precisamente porque esas «cosas» han sido cuidadosamente construidas por intereses específicos.

Las encuestas pretenden que el «número es una ley suprema», que lo que hacen es «ciencia» y que lo que manejan son «puros hechos». Como dice Gramsci, las encuestas descansan en el presupuesto equivocado de que «las opiniones de cualquier imbécil que sepa escribir (y también de un analfabeto en ciertos países) vale, a los efectos de determinar el curso político del Estado, exactamente lo mismo que la de quienes dedican al Estado y la nación sus mejores fuerzas». Por todo esto es que en cuanto a las encuestas que ponen a uno u otro partido a la cabeza, hay que repetir con Gramsci tres puntos centrales:

  1. «Lo cierto es que de ninguna manera es verdad que el número sea «ley suprema» ni de que el peso de la opinión de cada elector sea «exactamente» igual. Los números, también en este caso, tienen un simple valor instrumental que dan una medida y una relación y nada más».
  2. «Por otro lado, ¿qué se mide? Se mide precisamente la eficacia y la capacidad de expansión y de persuasión de las opiniones de pocos, de las minorías activas, de las elites, de las vanguardias, es decir, su racionalidad, historicidad o funcionalidad concreta. Esto significa que no es verdad que el peso de las opiniones de los individuos sea «exactamente» igual. Las ideas y las opiniones no «nacen» espontáneamente en el cerebro de cada individuo: tuvieron un centro de formación, irradiación, difusión, persuasión, un grupo de hombres o también una particular individualidad que las elaboró y presentó en la forma política de actualidad. La numeración de los «votos» es la manifestación final de un largo proceso en el cual la influencia máxima corresponde justamente a quienes «dedican al Estado y a la nación sus mejores fuerzas» (cuando son tales)».
  3. Finalmente, «Si este presunto grupo de caciques [los grupos de poder en Guatemala] no obstante las interminables fuerzas materiales que posee, no obtiene el consenso de la mayoría [con un partido o con otro], habrá que juzgarlo como inepto o como no representativo de los intereses «nacionales», los cuales no pueden dejar de prevalecer entre los elementos que impulsan la voluntad nacional más en un sentido que en otro». Fuente: http://tinyurl.com/puyco9c

El proyecto de Morales es, pues, un proyecto que no pone a todo mundo por igual, es un proyecto que no tiene nada que ver con números espontáneos, es un proyecto que esconde intereses de grupos de poder siniestros e ilegítimos, con recursos aparentemente interminables y que no están dispuestos a perder de ningún modo. Y si esos grupos de poder de hecho fueran a perder las elecciones, a pesar de todas las opciones financieras e institucionales a su alcance, entonces serían juzgados por la clase capitalista transnacional, por La Embajada, por el capital invertido en la nación, como ineptos y como no representativos de los intereses nacionales que han vendido a las transnacionales (TLCs, Alianza para la Prosperidad, etc.) y que prometieron proteger a capa y espada.

En suma, la gente y la prensa están diciendo que Morales «no está ligado a la corrupción» y que por eso mucha gente en Guate – sobre todo de grupos subalternos y populares – lo están empezando a considerar seriamente. Sin embargo los sompopos y las cucarachas tampoco están ligados a la corrupción pero tampoco son una opción electoral buena. La ciudadanía, el pueblo de Guatemala, se merece representantes que pongan los intereses de la gente pobre, excluida, marginalizada, indígena y trabajadora por delante de los intereses de cualquier otro grupo o clase, pero eso no es lo que Jimmy Morales ofrece en su programa de gobierno. El no tiene un programa que venga de la ciudadanía o que tenga los intereses de la ciudadanía en su centro. El FCN es un frente construido por grupos de poder ocultos precisamente para el espectáculo y la distracción, un partido de cartón para el recobro de inversiones y el tráfico de influencias, algo así como un plan B, en caso de que las ofertas mas tradicionales (como las de Líder, PP y UNE) fracasaran. Y les está funcionando la apuesta.

Vamos patria hacia la #RefundaciónYa

* Esta pieza fue publicada originalmente en albedrío.org el 10 de junio de 2015. Ampliado y modificado el 9 de agosto de 2015.

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es profesor adjunto en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

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Foto: Webpage de FCN

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