Cash Luna nos va a decir cómo elegir gobernante
Marco Fonseca
Los domingos 16 y 23 de agosto de 2015 el Pastor Cash Luna va a impartir su profundo conocimiento de teología política con la «Casa de Dios» que él dirige en Fraijanes. Por cierto, ese «profundo conocimiento» prácticamente se reduce a un solo versículo extraído de manera aislada y abstracta de un documento pre-cristiano, Daniel 2:21, que es parte de lo que se conoce como el Tanaj hebreo y que eruditas judíos ubican dentro de los Escritos (Ketuvim). Se trata, según expertos/as, de un texto escrito en tiempos macabeos, durante la persecución por Antíoco IV “Epífanes” contra los judíos, entre 167 y 164 a.C y no, como suponen los literalistas evangélicos, en tiempos babilonios. Visto como un todo el libro de Daniel tiene un claro toque profético y crítico contra el colonialismo griego de esos días. Si el texto tiene alguna relevancia para nuestro mundo moderno la misma tendría que implicar una crítica profética al neocolonialismo neoliberal y globalizador, pero dudo que esa sea la sabiduría que Cash Luna piratea y distorsiona de esas lecciones antiguas.
El problema con Cash Luna no consiste, sin embargo, en que hable de política en una época moderna republicana y secular de separación entre el Estado y la religión y cuando las monarquías, gracias al curso de la historia y las luchas de los pueblos, se pueden contar con los dedos. Así como no hay problema en que incluso ateos/as hablen de religión o teología como es el caso de varios/as grandes pensadores/as de nuestros tiempos.
El problema con Cash Luna es la función que el cumple en el sistema de poder y dominación neo-oligárquico que hay en Guatemala. En el caso de Luna, por ejemplo, no hay duda que su función – como predicador del «evangelio de la prosperidad» ya no digamos del estúpido «evangelio del humor y la risa» – es legitimar la política del mercado libre, la política en pro del sector privado, la política que justifica la globalización corporativa e incluso, es posible, la política que niega el cambio climático (debo confirmar esto último). Como creacionista fundamentalista no hay duda que para él los dinosaurios no existieron o si existieron lo hicieron, de alguna manera, en el Jardín del Edén. Para él, sin duda alguna, el planeta sigue siendo el centro del universo y no me sorprendería que diga que también es plano. Para él, de manera literal, «el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos» (Josué 10:13). En todo caso, para su versión mercantil del evangelio, nuestro mundo y nuestra realidad, por mandato divino, solo puede ser capitalista tal y como él imagina que los mercaderes y cambiantes de dinero dominan, por el éxito en sus vidas, la entrada al cierlo mismo. El mensaje de Cash Luna es, pues, un mensaje que tiene que ver con dinero, propiedad privada y éxito personal. Y todo esto se traduce, para él, en bienestar espiritual (o vice versa). Solo los/as políticos/as que prometan estas cosas son dignas de pre-elección y predestinación.
Por el contrario, es posible encontrar ministros/as en Guate, aunque raros, que articulan una visión teológico-política de tipo profético o crítico de todo sistema de dominación y, particularmente, de sistemas de dominación fetichistas como es el caso del capitalismo neoliberal que pone a Mamón en el altar de la justicia. A Cash Luna se le olvidó que «No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas» al mismo tiempo (Mateo 6:24). Pero hay ministros que, como lo dice Paul Tillich, tienen el «coraje de ser» diferentes y de pagar su diferencia, su compromiso, su «discipulado» (en términos de Bonhoeffer) con su vida misma tal y como lo hizo Romero en El Salvador o Gerardi en Guatemala. Hay ministros/as, aunque pocos, que – en palabras de Gustavo Gutiérrez – «beben del pozo de los pobres» y viven su fe de manera inquebrantablemente comprometida con la gente pobre, desnuda, sin casa, enferma y encarcelada por denunciar al sistema (Mateo 25:3). Hay gente religiosa, comprometida con la posibilidad de otro mundo mejor y posible, que resisten y luchan contra la hegemonía burguesa tal y como lo hizo el más grande teólogo protestante del siglo veinte: Karl Barth. Ese es el mensaje profético que hay que tirarles a los/as políticos corruptos en Guatemala.
Así que no debemos criticar a Cash Luna por hablar de política. No debemos practicar la censura en reverso. Lo que debemos criticar son los discursos del sometimiento religioso, político o económico como el que predica este impostor de la espiritualidad cristiana.