El pueblo de Guatemala está «entre Escila y Caribdis»

El pueblo de Guatemala está «entre Escila y Caribdis»
Marco Fonseca

La ciudadanía guatemalteca está ante una situación similar a la descrita en el mito griego de Escila y Caribdis, los dos monstruos marinos «situados en orillas opuestas de un estrecho canal de agua, tan cerca que los marineros intentando evitar a Caribdis pasarían muy cerca de Escila y viceversa». De acuerdo a Wikipedia, la frase «entre Escila y Caribdis» ha llegado a significar «el estado donde uno está entre dos peligros y alejarse de uno te haría estar en peligro por el otro, y se cree que es la progenitora de la frase «entre la espada y la pared». Mientras que «Escila vivía en los acantilados», es decir, una pendiente o vertical abrupta, Caribdis era un peligroso remolino. «Ninguno de los destinos era más atractivo ya que ambos eran difíciles de superar» (Fuente: https://goo.gl/kU8Xi0).

Pues bien, en el caso de la segunda ronda de elecciones presidenciales en Guatemala, optar por la propuesta de Jimmy Morales es optar por el abismo de la mentira, lo oculto y tenebroso de sus asociaciones, lo terrorista de sus ideólogos y el continuismo del PP. Sin embargo, optar por la propuesta de Sandra Torres es, bueno, optar por un remolino de pactos y alianzas que podrían incluir a la gente de Zury Ríos, Baldizón mismo, Giamanttei e incluso Luis Rabbé, entre otra. Es decir, es la opción por la clase política que ha reinado con el mismo PP y que colapsó espectacularmente en el último mes y medio de protestas ciudadanas. Encima de todo, la opción de Sandra Torres es eclécticamente neoliberal y también restauradora.

Como lo pone El Peladero:

«Sandra Torres, la Doñita, que ya se proclamó ganadora para ir al balotaje el 25 de octubre, se ha reunido esta semana con casi todos los candidatos perdedores. Empezó con Zury Ríos a quien le ofreció la Cancillería. Zury babeó. Siguió con Giammattei, quien se ve como ministro de Gobernación. Más tarde fue con Roberto Alejos, quien nunca se ha visto en el Ejecutivo y podría ser el operador político ante el Congreso. Antes de que terminara el miércoles la Doñita ya estaba juntándose con Luis Rabbé, a quien no le caería mal un segundo periodo como presidente del Congreso a cambio de convencer al cuñado de darle buena publicidad a la candidata y, quién sabe, hacer las paces con Baldizón. Las promesas no pararon allí. A Armando Escribá y Luis Fernando Pérez del PRI les ofreció, cual dueña de Cortes, que los amparos provisionales se los puede dar con lugar a fin de que los diputados queden fijos y no sean investigados por corrupción. Escribá, por supuesto, voraz insaciable pidió obras y prometió trabajar Jutiapa a todo pulmón en la segunda vuelta.

Los grandes tatascanes del sector privado también andan viendo cómo amarran con los dos candidatos, la Doñita y Jimmy el Payasito Morales. Como no está claro quién puede ganar, apuestan a los dos con igual ímpetu. Lo que no gusta a los privados es la exagerada influencia de los Peludos, cada día más pelones y con ínfulas de Maduro. Eso se lo han dejado claro a Mario Leal, el vice, por quien nadie daba un centavo hasta hace poco, especialmente después de los negocios turbios de las cámaras. Pero la Doñita no hace mucho caso. Cuando esta semana agradeció el trabajo de sus alcaldes, los únicos que la acompañaban en la mesa eran precisamente los Peludos.» (Fuente: http://elperiodico.com.gt/?p=14722).

Nadie en Guatemala o fuera de Guatemala puede sugerir que esta situación es el resultado de «anulistas» o «abstencionistas» o que el llamado a boicotear las elecciones está basado en la simple equivalencia entre Jimmy Morales y Sandra Torres. Yo creo que durante la primer ronda electoral nuestra campaña por el voto nulo fue perfectamente válida y los resultados, en general, fueron respetables para dicha campaña. Pero no fueron suficientes para anular las elecciones como hubiéramos deseado. Hoy, sin embargo, las cosas son diferentes y hay mucha gente dentro de nuestra propias filas que va a tomar una decisión y debe hacerlo.

Por mi parte, como lo propuse en un comentario anterior, el 24 de julio (ver aquí http://on.fb.me/1KgyUbx), sigo pensando que ante las opciones presentes, «entre Escila y Caribdis», no se puede simplemente llamar a votar por Sandra Torres solo porque Jimmy Morales representa una amenaza negra y abismal casi apocalíptica. Para mi la propuesta de Sandra Torres es igualmente problemática aunque por razones diferentes y un simple cálculo matemático falla a la razón democrática que nos anima. Yo sigo en acuerdo con el zapatismo cuando dicen: «Como zapatistas que somos no llamamos a no votar ni tampoco a votar». Pero tampoco podemos condenar a nadie del lado nuestro de la historia que decida darle su apoyo a Sandra Torres creyendo que están votando, una vez mas, por la opción «menos peor». No debemos olvidar que en Guatemala siempre estamos escogiendo la opción menos peor. Pero hay otra opción, una opción mejor, la de continuar en la lucha, la del trabajo contra-hegemónico, la de construir una lucha de posiciones simultáneamente autonomista (rizomática, movimentista) y disciplinada (partidista), en las comunidades, las calles, el nuevo congreso (con Sandra Morán​, Álvaro Velásquez​ y la nueva bancada del CPO y de la URNG-Winaq), la de organizarnos de cara a una ruta alternativa. Es la opción de construir el Partido de la Refundación.

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es profesor adjunto en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

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Foto: financelongrun.blogspot.com

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