Ecuador sí, Guatemala no

Ecuador sí, Guatemala no
Marco Fonseca

¿Por qué Ecuador pudo erradicar la pobreza extrema y Guatemala no a pesar de que ambos se comprometieron a implementar las metas de desarrollo del milenio hace más de 10 años?

La respuesta de Torres-Rivas en su columna dominical titulada «La pobreza y el hambre de la mano» (ver http://elperiodico.com.gt/?p=31719) no es mala. Este es el comentario de rigor que Torres-Rivas, como mucha otra gente en Guatemala, tenia que escribir sobre la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) para 2014. Pero la respuesta de Torres-Rivas está incompleta y por ello precisamente tiene un colorante rosado que no es propio del proceso Ecuatoriano o de las propuestas que el mismo maestro Torres-Rivas está haciendo para Guatemala.

En primer lugar, Ecuador pudo cumplir y en cierta forma exceder las metas del milenio no solo porque tiene un «Estado bien administrado» (el argumento socialdemócrata de ET-R). Más bien se pudo hacer porque desde el 2007 Rafael Correa ha encabezado una Revolución Ciudadana que le ha dado preferencia política y económica a las mayorías sociales y, en especial, a la gente pobre y trabajadora (ver http://goo.gl/UiyVoC). Un ejemplo de esto es la recientemente aprobada Ley de Justicia Laboral para dignificar y valorizar el trabajo doméstico de las mujeres (ver http://goo.gl/NGk6kr).

En segundo lugar, en Ecuador estamos hablando de una Revolución Ciudadana que no solo habla de «crecimiento económico inclusivo y sostenible», la retórica del PNUD, CEPAL, BM, FMI, BID, BCIE, etc., sino que de hecho, como lo anunció Correa mismo el 12 de diciembre después de haber suspendido el proceso algunos meses para permitir el debate nacional, se está planteando aprobar la Ley de Herencias y Plusvalía para la distribución de la riqueza hacia abajo por medio del aumento a los impuestos para el 2% más rico de la población. ¿Por qué un impuesto para la gente rica? Porque «el 2% de las familias ecuatorianas concentran el 90% de las grandes empresas del país. ‘Se evidenció la concentración de la propiedad. Eso es malo, es una de las fuentes de inequidad en Ecuador y en el mundo’, declaró Correa a los medios, para luego aclarar que el impuesto es solamente ‘para los grandes conglomerados que generan dinastías’» (ver https://goo.gl/fuYB3W). Como todo mundo lo sabe, en Guatemala la distribución de la riqueza empeora aunque haya «crecimiento económico» sostenido y «estabilidad macroeconómica» casi permanente (ver http://wp.me/p6sBvp-9O).

Lo que Torres-Rivas no dice sobre Ecuador es, pues, lo más importante: no basta con una administración eficiente (un sueño para el pueblo de Guatemala) y honesta (una pesadilla para la clase política dominante que suplemento sus ingresos con la corrupción y el tráfico de influencias), sino que es necesaria una Refundación del Estado, la economía y la sociedad como preludio a una revolución desde abajo que, como mínimo, se plantee hacer en Guatemala cambios estructurales por lo menos similares a los de Ecuador.

El «misterio del capital» – para usar la famosa expresión de un ministro orgánico del capital como el peruano Hernán de Soto – es que la gente con capital tiene capacidad («desarrollo humano») de reproducirlo aunque la economía como un todo, y en particular la economía de las mayorías pobres, indígenas, campesinas, trabajadoras, estén en depresión total.

Hay que hacer crítica sin azúcar y sin colorantes rosados y postizos.

Vamos patria hacia la #RefundaciónYa

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

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