Para entender cómo y por qué la CC decidió proteger derechos monopólicos de propiedad intelectual en Guatemala

Para entender cómo y por qué la CC decidió proteger derechos monopólicos de propiedad intelectual en Guatemala

Con su expediente 1569-2015 la CC decidió declarar con lugar la acción de inconstitucionalidad promovida por la empresa farmacéutica J.I. Cohen en contra del Reglamento para Controles Sanitarios de los Medicamentos y Productos Afines que establece que las empresas farmacéuticas tienen «sus propios estudios clínicos para poder comercializar medicamentos genéricos en Guatemala» (ver http://goo.gl/ED4O6R). La CC «declaró inconstitucional el numeral 13.2 de dicho Reglamento, el cual eliminaba la exigencia de estudios que comprobaran la seguridad y eficacia de los medicamentos para la autorización de productos no nuevos» (ibid). Yo creo que la CC hizo todo esto al mismo tiempo que, en su lenguaje resolutivo, escondió motivos más profundos detrás de cuestiones técnicas.

Se trata, aunque no todo mundo lo entienda así, de proteger derechos de propiedad intelectual y derechos de distribución de la empresa J.I. Cohen (ver http://tinyurl.com/heg9wev) a expensas de empresa pequeñas que no pueden distribuir marcas originales en comunidades y barrios pobres (la mayoría del país) y entre las mayorías sociales pobres y trabajadoras de Guatemala o, a expensas de medicamentos genéricos importados (Gracias a Glenda Jacinto en fb por éste último punto). Se trata de un asalto irracional (es decir, «racional» pero desde el punto de vista empresarial) a la salud y bienestar popular a favor del bienestar y la salud de los monopolios corporativos aunque dicho asalto se presente – como lo tuvieron que aclarar magistrados de la CC ante el rechazo generalizado a su decisión – como parte de un esfuerzo para fabricar medicina bien probada para el pueblo y una decisión que de todos modos permite la compra de medicamentos genéricos en el mercado nacional (ver https://canalantigua.tv/?p=65909). Sin embargo, como lo puso La Hora, estamos hablando en el trasfondo de un «pulso entre farmacéuticas en torno a medicamentos genéricos» (ver http://goo.gl/Y5b6wZ), de consolidación de monopolios nacionales y de otros elementos más profundos como veremos abajo. Y esto es parte, como lo ha demostrado Oxfam, de una tendencia global en favor de las grandes transnacionales farmacéuticas (ver http://tinyurl.com/k3vf48p).

Aunque Cohen muy magnánimamente – quizás en su versión personal de la «responsabilidad social corporativa» – declaró a la prensa «estar a favor de la comercialización de los medicamentos genéricos, pero que ninguno de estos debe estar disponible en el mercado si no garantiza su seguridad y eficacia, por lo cual no se debe permitir la exposición de seres humanos a productos que no demuestren ser seguros y eficaces» (http://tinyurl.com/zxk4ny3), hay cosas más profundas aquí.

En términos formales y como lo puso el vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos, Arturo Letona, la resolución «obliga a los laboratorios de medicamentos [genéricos, tercermundistas, sin el capital o la infraestructura y sin los vínculos o cadenas de oferta y demanda] a hacer estudios sobre las moléculas de las medicinas genéricas, para identificar si éstas son funcionales en los pacientes» (ver http://goo.gl/Y5b6wZ). Claro, al emitir esta resolución la CC incurrió en una contradicción legislativa y en términos técnicos pues lo que está prohibiendo en Guatemala es lo que de todos modos permite el Reglamento Técnico Centroamericano RTCA 11.03.59:11 sobre Productos Farmacéutico y Medicamentos de uso humano al que Guatemala está suscrita y al cual no afecta la decision de la CC (ver http://goo.gl/4mMBBm). El reglamento regional «dejaría, por un tiempo que estos productos se mantengan sin presentar esos estudios, mientras se reforma el Reglamento para el Control Sanitario» nacional (ibid). Es obvio, entonces, que si por medio de dicho reglamento regional las farmacéuticas genéricas de Guatemala pueden seguir haciendo por algún tiempo y hasta que se reforme el Reglamento para el Control Sanitario nacional, esto sugiere que lo que está haciendo la CC tiene otras dimensiones. ¿Estamos hablando solo de una decisión técnica que tiene que ver con procedimientos científicos y cuestiones de calidad en los productos que conciernen solo al mercado de medicamentos en Guatemala? ¿Acaso está probando las aguas para promover derechos de propiedad intelectual en Guatemala?

Mi intuición es que hay algo más profundo en todo esto. Como ya ha sido dicho por otros comentaristas, «Según la Gremial de Fabricantes de Productos Farmacéuticos de Guatemala (Grefarm) esta resolución podría dejar fuera de la circulación al menos 400 productos. Esto perjudicaría el acceso a medicamentos a bajo costo y supondría un monopolio de las grandes empresas proveedores de medicamentos de marca» (ver http://es.rodexo.com/?p=84399). De acuerdo a Luis Solano, ya para el año 2007 y en base a una revisión de los procesos de licitación de medicina hasta ese momento, solo la empresa J.I. Cohen «había monopolizado durante más de cuarenta años la distribución de medicamentos» (ver http://guatemalacomunitaria.periodismohumano.com/?p=1093). Pero, como lo ha demostrado la Organización Mundial de la Salud, estamos ahora hablando también de una tendencia globalizadora y neoliberal que está cambiando las reglas nacionales de acceso a los medicamentos en todo el mundo y está imponiendo los principios reguladores del libre comercio como los define la OMC (TRIPS) y, más vorazmente, como los definen los TLCs como el CAFTA-DR (ver http://tinyurl.com/nyvzguj). Entonces, para componer todo y contrarrestar estas tendencias globalizadoras y neoliberales, ¿Basta simplemente con hacerle un llamado a la Procuradoría de Derechos Humanos «para que no permitan la derogación del Acuerdo Gubernativo 712-99 de Control Sanitario de los Medicamentos y Productos Afines»? ¿Podemos apelar y esperar que el gobierno inútil de AMA emita «un nuevo reglamento que sortee la inconstitucionalidad que plantea la CC» y resuelva en favor de las mayorías sociales y no de los monopolios farmacéuticos?

Una lectura cercana de la resolución tomada por la CC puede demostrar que estamos siendo testigos de un proceso de erosión de la soberanía del pueblo y de lo poco que queda de la «democracia» ochentaycinquista que es más profundo. Hay que entender cómo las élites políticas y económicas del Cacif han hipotecado la soberanía nacional por medio de TLCs, la OMC, acuerdos de inversion bilateral y acuerdos con el BM y el FMI (ver https://goo.gl/zMJ0RX) a cambio de unos huevitos de oro que quieran sacar del pavo gordo de la globalización neoliberal. Con un mercado mundial de farmacéuticos que excede los $300 millardos (y está aumentando hacia los $400 millardos en el presente), y con las 10 corporaciones farmacéuticas transnacionales (6 de EE.UU. y 4 de Europa) que controlan mas de un tercio de este mercado con márgenes de ganancia que excede el 30% (ver http://goo.gl/dK9COq), estamos hablando de una maquinaria acumuladora del capital transnacional/nacional en donde los intereses «racionales» del crecimiento corporativo (ganancias) entran en rivalidad inevitable con el interés público de Estados soberanos – donde las clases políticas gobernantes tienen alguna voluntad de servir a sus mayorías sociales – en proveer salud al costo más razonable posible. Solo en Guatemala los negocios farmacéuticos controlados por Cohen/Alejos se han beneficiado no solo de un monopolio en ventas al Estado sino que también han hecho esas ventas a precios sobrevalorados (ver http://sylviagereda.com/?p=757). Por ello es que una cosa son las cuestiones meramente «técnicas» en el proceso de aprobación y registro de medicamentos genéricos (lo que comporta un análisis de requisitos y procedimientos en la ley nacional e internacional) y otra un análisis de la economía política y las relaciones de poder nacional e internacional que subyacen y de hecho dirigen lo que hacen las instituciones y aparatos ideológicos del Estado en Guatemala. Pues la constitución real del país dejó de ser la del 85 y la transición. Ahora es el CAFTA-DR y los acuerdos de inversión y comercio que Guatemala ha firmado en las últimas dos décadas.

Vamos patria hacia la #RefundaciónYa

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

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