Transfuguismo y reformas orgánicas al congreso

Transfuguismo y reformas orgánicas al congreso

Marco Fonseca

No estoy convencido que el transfuguismo sea algo que se pueda resolver con cambios a la Ley Orgánica del Congreso o con «degradaciones para los diputados tránsfugas». Pero el congreso nos quiere hacer creer que sí se puede y hasta diputados progresistas han dicho que esto va en «la dirección correcta».

Así es como pretenden regular el transfuguismo: «los parlamentarios no podrán cambiar de bancada, sino solamente declararse independientes, y, si se trata de un representante que ejerza un cargo en la Junta Directiva o presida alguna comisión de trabajo, deberá ser separado de esos puestos y sustituido por un integrante de la bancada que abandonó» (ver http://goo.gl/0Ps7MR).

Primero, la mayoría de las/os diputados tránsfugas no ocupan posiciones susceptibles de degradación. Solo gente que ejerza un cargo en la Junta Directiva o presida una comisión de trabajo.

Segundo, aunque las «degradaciones» puedan aplicable a gente en posiciones de liderazgo, esto solo representa una minoría. Eso es, pues, una minoría casi insignificante que en el juego parlamentario está sujeta a negociaciones e intercambios.

Tercero, siempre hay componendas dentro del congreso mismo que hasta el presente han regulado, en parte, el transfuguismo aunque ello se traduzca en «degradaciones» u otros sacrificios partidarios.

Cuatro, aunque la nueva Ley Orgánica del Congreso estipule que diputados/as migrantes tienen que volverse «independientes», hay formas de que la gente de todos modos se adhiera a otro partido.

Después de tanto año de vivir del pueblo en el congreso, ahora Mario Taracena Díaz-Sol se jacta y dice, después del paso de las reformas a la Ley Orgánica del Congreso: «Cumplimos nuestro compromiso con el pueblo de Guatemala». Solo esa declaración me hace tener sospechas de la sustancia y alcance de dichas «reformas».

Por tanto, aunque en materia de transfuguismo el ahora decreto legislativo 14-2016 pueda representar un cierto avance con respecto de lo que se tenía anteriormente, hay que decir que el mismo tiene enormes limitaciones y que todavía huele a medidas partidarias que los partidos se han recetado a sí mismos. La UNE misma, con Taracena metido en sus arreglos hasta la cocina, desde la iniciativa de ley anti-transfuguismo que presentara su bancada en 2013 (ver https://goo.gl/laLWJR) ha estado buscando maneras de cambiar las cosas de tal modo que realmente no cambien nada. ¿Estamos pues ante una cortina de humo? ¿Es esto otra maniobra legislativa de la vieja clase política dentro de la cual, desafortunadamente, también han caído los partidos progresistas minoritarios? Me temo que sí.

El transfuguismo solo puede componerse de modo democrático y estructural reformando de manera profunda la LEPP. ¿Cómo? Con instituir primarias, distritos, consultas comunitarias y revocatorias en todo caso de migración partidaria. Estas propuestas siguen vigentes para reformar la LEPP de modo profundo, alistarnos para el próximo congreso y preparar el camino para una nueva ANC y la Refundación (ver http://wp.me/p6sBvp-u).

Vamos patria hacia la #RefundaciónYa

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

Este artículo es libre y de código abierto. Usted tiene permiso para publicar este artículo bajo una licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International licence con atribución a Marco Fonseca y #RefundaciónYa. Está permitida la copia, distribución, exhibición y utilización de la obra bajo las siguientes condiciones:

No comercial: se permite la utilización de esta obra con fines no comerciales.

Mantener estas condiciones para obras derivadas: Sólo está autorizado el uso parcial o alterado de esta obra para la creación de obras derivadas siempre que estas condiciones de licencia se mantengan para la obra resultante.

header-4

Deja un comentario