Mario Roberto Morales insiste – y sigue insistiendo ad infinitum – que desde la convocatoria de #RenunciaYa en abril de 2015 y luego todos los colectivos urbanos que surgieron en la plaza – desde USAC es Pueblo hasta el CEUG y todo lo que hay de por medio hasta abril de 2016 – fueron «manipulados» desde «call centers» por La Embajada. Su última pieza en elPeriódico dice:

Quienes estuvimos hace una semana en La Antigua, precisamente a fines de abril de 2016 como parte del aniversario del Evento, haciendo crítica y auto-crítica sobre lo que se dio o lo que no se dio el año pasado y, más importante, sobre las posibilidades de una Refundación, y aquí incluyo a gente que participó directamente en el proceso de convocar e iniciar las manifestaciones del 2015, no concluyeron nada de lo que MRM imagina y fantasiosamente afirma que se concluyó. ¿Quienes son esos «jóvenes» que han venido a «comprender» que la auto-desactivación del Evento se dio porque la Embajada lo decidió así?

Escribir que la protesta ciudadana del 2015 fue como un todo el producto de una «manipulación» de EE.UU. es no solo falso sino que también implica darle insumos a la derecha troglodita y restauradora de Guatemala, a la Funda y la AVEMILGUA e incluso al ahora preso OPM junto a su gabinete. Pues esa es realmente la gente que más vocíferamente argumenta que la protesta estuvo manipulada por la Embajada y la CICIG. Pero también implica, como lo he conversado personalmente con mucha gente joven que participó organizando los eventos, desmoralizar a la juventud que luchó muchísimo por articular un movimiento que aunque no haya pasado del discurso anti-corrupción de la clase media urbana, aunque no haya pasado del punto liminal, de todos modos logró lo que todo grupo al que MRM ha estado históricamente ligado, lo que todo partido de izquierda tradicional en Guatemala nunca había logrado, es decir, derrocar un gobierno corrupto sin tirar una sola bala y crear así la experiencia inédita desde la «transición» de que el cambio es posible cuando todo mundo, cuando la razón cínica pero autoexaltada y con pretensiones de objetividad y criticidad indebidas, dice que es imposible. Mantener semejante posición es también demostrar un atraso teórico (para el cual si OPM se hubiera quedado en el poder también habría sido producto de la voluntad de La Embajada!) y una limitación en la información que no debería ser de la talla de académicos bien institucionalizados en Guatemala y, mucho menos, en la USAC. Pues es de la USAC de donde también salieron, por cierto, varios grupos juveniles a luchar en las calles y en la plaza y así recuperar, en cierta medida, un sentido de capacidad y protagonismo que había estado ausente en la juventud desde la transición a la democracia poliárquica y neoliberal del 85 y en la USAC desde que las mafias coparon a la AEU y la volvieron un instrumento, una quinta columna, del «establishment» político y el crimen organizado en la tierra libre que una vez fue la USAC. En fin, escribir esto es la voz de la vieja izquierda para la cual, si ella no tiene el control de la guayaba en la teoría y en la práctica y si las cosas no resultan en un programa político y una organización centralizada de viejo tipo, todo está manipulado por la CIA o la oligarquía.

Da pena tener que seguir corrigiendo estas ideas profundamente equivocadas y contraproductivas, pero alguien tiene que hacerlo.

Vamos patria hacia la #RefundaciónYa

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

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