El nuevo «Plan Zamora» de nación… ¡neoliberal!
El «Plan Zamora» dice:
«Es esencial desarrollar una economía de vanguardia y reconstruir desde sus cimientos el aparato público, de suerte que adquiera eficacia y eficiencia. En lo relativo a la economía, con políticas de vértigo y reglas estables, hay que impulsar, con convicción y compromiso, los motores claves del desarrollo económico que transformarán el rostro del país. Estos van desde la creación de valor agregado sofisticado al sector forestal, la promoción de turismo de poder adquisitivo, la expansión de la agroindustria de exportación, la sofisticación de la industria, la explotación de minerales metálicos (oro, plata, zinc, mármol y otros) y no metálicos (petróleo), la generación y exportación de energía eléctrica, la rápida planificación y construcción de al menos dos grandes ciudades, para 2.5 millones de habitantes en los dos puertos más importantes, que serían una mezcla de centros de convenciones, parques tecnológicos, instalaciones de carga y fábricas, y bodegas localizadas a los lados de eficaces pistas de modernos aeropuertos.» (ver http://goo.gl/ItUDgZ).
Notar que aunque el Plan Zamora se roba la palabra «motores claves del desarrollo económico» de la política económica venezolana recientemente anunciada por Maduro, el Plan Zamora no tiene nada que ver con planificación económica con la opción social preferencial del Bolivarismo.
Recordar, también que el Plan Zamora no tiene nada que ver con el Buen Vivir. Los movimientos sociales mayoritarios en Guatemala han dicho un NO claro y rotundo a la minería metálica, a las hidroeléctricas, a los monocultivos y estoy seguro que hay oposición tajante a «ciudades modelo» como las que están constuyendo en Honduras al lado de una nueva edición de aldeas urbanizadas para reubicar – sin siquiera preguntarles si estarían de acuerdo – a gente del corredor seco o «aisladas» en el interior remoto y rural del país. Se trata de una visión urbano-céntrica, vanguardista, industrializante y de «crecimiento económico» con su dosis de «derrame» supuestamente redistributivo que, desde la perspectiva y realidad de abajo, está en total bancarrota. Así que cuando el Plan Zamora nos dice que está más allá de toda ideoligía, allí precisamente está su ideología neoliberal.
Aunque también se ha apropiado de elementos importantes de las propuestas que hemos hecho desde los movimientos sociales, incluyendo una reforma a la LEPP que va mucho más allá de lo que la CC retornó al Congreso, el Plan Zamora no llega a lo que es mínimamente necesario para democratizar al país, empedrar a la ciudadanía y romper con el monopolio político del poder que ha ejercido la clase política dominante así como las elites económicas desde la transición del 85.
Y el hecho de poner el Evento de protesta como el «motor» del cambio, imagino, va. seducir a mucha gente. Pero se trata de una version raquítica, conveniente, normalizada del Evento. Un version en donde la protesta ciudadana se interpreta como un simple ejercicio de limpieza del Estado y no como acto primero de un proceso refundacional más profundo.
Vamos patria hacia la #RefundaciónYa
Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.
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