La invención de una calamidad para justificar una barbaridad

La invención de una calamidad para justificar una barbaridad
Marco Fonseca

La restauración conservadora de Jimmy Morales ha optado por suspender lo esencial y poco que existe de «democracia» en Guatemala porque, sin duda alguna, «la lluvias» impiden que la gente proteste con seguridad, critique con lucidez y ofrezca proveer servicios al Estado que beneficien a la ciudadanía. El Decreto Gubernativo 05-2016 que ha dado rienda suelta al ala más conservadora de la restauración (la gente de AVEMILGUA, la gente de la Funda, la cúpula del FCN-Nación que se siente asediada por la CICIG y por la ciudadanía, la gente de POVRES que ha sido recibida de brazos abiertos por JM), decreto que suspende varios artículos constitucionales concernientes a derechos políticos, restringe lo que, por cierto, ya está fundamentalmente restringido en Guatemala y sobre todo para las mayorías sociales, los movimientos sociales, activistas sociales y la prensa crítica. Es pues un decreto que expresa los temores y las inseguridades del ala más conservadora detrás de JM que ahora amenaza con la censura, represión y corrupción abierta. Ante todo esto, lo único que se le ocurre decir al brillante Procurador de los Derechos Humanos Jorge de León Duque es «Lo que no entiendo es qué tiene que ver el derecho a la libre emisión del pensamiento con el Estado de Prevención».

¿Quién duda que esto no tiene que ver con el escándalo de corrupción que ahora mismo está envolviendo a la familia presidencial y que está bajo investigación por parte de la CICIG y el MP? ¿Quién duda que esto no tiene que ver con una renovación y una posible expansión de la protesta ciudadana que, si el ejemplo de las movilizaciones en el 2015 es una indicación, podrían llegar a amenazar no solo al congreso existente sino también al gobierno de la restauración que, de seguir en su precipitoso y erróneo curso presente, ya se perfila como un gobierno en camino a la renuncia? ¿Acaso no es seguro que todo esto tiene algo que ver con el pago de la deuda política con donantes y financistas privados y que ello está relacionado con ofrecer contratos sin licitaciones públicas? ¿Y, finalmente, quién duda que esto no está relacionado con el impacto de la prensa crítica, sobre todo la comunitaria, la digital y la de las redes sociales? La prensa dominante no tiene mucho de que preocuparse pues nunca pasan de la superficie de los asuntos y del juego ideológico normalizador. Pero la prensa alternativa es otra cosa. Mientras que JM participa en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York, su proyecto político se derrumba al mismito tiempo que se quiere reforzar.

Y el decreto es, ya, incluso inconstitucional pues, de acuerdo al Art. 138 de la Const., ¿dónde está la «invasión de territorio, perturbación grave de la paz, actividades contra el Estado o calamidad pública» que justifique la suspensión de «la plena vigencia de los derechos» en los Arts. 5, 6, 9, 26 y 33, 35, etc. de la Const? ¿Por qué el Congreso no «improbó» esto? Aunque el decreto lo impone por 15 días (y la Const solo lo autoriza por 30 días renovables), la restauración lo puede prolongar en base a justificaciones espurias.

El «emperador está desnudo» pero quiere hacerle creer a todo mundo, sobre todo a la gente que sigue creyendo en el presente sistema, que tiene ropa nueva. Todo esto es razón para cambiar de modo profundo no solo la Ley de Orden Público en la que se regulan los estados de excepción y prevención sino que la Constitución entera. Eso solo se puede hacer por medio de una Refundación.

Nota: Horas después de haberse dado a conocer el Decreto Gubernativo 05-2016, el presidente en funciones, Jafeth Cabrera, informó a la prensa que su gobierno «da un paso atrás» y que habían «decidido dejar sin efecto el Decreto para evitar malos entendidos». Esto evidencia, entre otras cosas, las ambivalencias, contradicciones e incoherencias al interior del proyecto restaurador.

Vamos patria hacia la #RefundaciónYa desde abajo, democrática y rupturista

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University. Su libro más reciente se titula «Gramsci’s Critique of Civil Society. Towards a New Concept of Hegemony» (https://goo.gl/Oeh4dG).

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