Velando por el reformismo no reformista y esperando 2019 para el retorno de la UNE

Velando por el reformismo no reformista y esperando 2019 para el retorno de la UNE

Marco Fonseca

Es falso, como lo argumenta Manolo Vela (ver http://elperiodico.com.gt/?p=113859), que las mayorías se construyen en el Congreso. Todo lo contrario, se construyen en las calles, en los barrios y las colonias, en las comunidades y aldeas del interior, en los movimientos sociales y en las redes sociales críticas y contra-hegemónicas. Por lo menos las mayorías sociales de abajo, las excluidas, las que buscan una Refundación y no simplemente otro ciclo electoral y otro partido de viejo tipo – una supuesta «gran alianza por la igualdad» – como la UNE (!), partido al que Vela le dio su apoyo – independientemente de la razón o de la lógica del «menos peor» – en las últimas elecciones.

Por eso, creo, escribe hoy que:

«hacia 2019 la batalla electoral estará centrada entre la UNE; los candidatos outsiders que logren hacerse con la ficha de alguno de los partidos inscritos; lo que quedó de las elecciones pasadas, liderazgos desgastados y conservadores: Giammattei, Zury, Escobar (el alcalde de Villanueva por Lider); y las estructuras departamentales de los caciques regionales mafiosos que hoy han encontrado refugio en FCN, el partido de gobierno y en otras bancadas. El horizonte es ese: todo lo demás son buenas intenciones.»

En ningun lado se hace mención de la posibilidad, por le menos la posibilidad, de que los movimientos sociales como CODECA, Waqib Kej, CPO y la ASP logren poner sus diferencias por un lado y se aglutinen, sin acuerdos absolutos, sin liderazgos caciquistas, sin programas incuestionables, pero con mucha audacia y esperanza, en torno a una síntesis aunque sea mínima de sus extensas y profundas propuestas refundacionales y, así, logren entretejer un movimiento nacional-popular, tanto rizomático como disciplinado, contra-hegemónico y refundacional, incluso antes de 2019. Para Vela, esas son solo «buenas intencones» pero, en realidad, un romanticismo utópico sin ninguna posibilidad real de darse o de tener éxito.

Tampoco se menciona nada sobre los niveles horrendos de corrupción, tráfico de influencia, neoliberlización y cooptación corporativa del Estado durante el gobierno de la UNE: desde el apoyo a los mega-proyectos a cambio de apoyo financiero y político (ver El Observador No. 14, septiembre de 2008), sus pésimos y corruptos negocios sobre la electricidad (El Observador No. 16, diciembre de 2008 y No. 22-23, diciembre 2009-febrero 2010), la crisis de las finanzas públicas durante todo el gobienro de Colom (El Observador No. 17-18, febrero-abril 2009), la expansión de la minera metálica durante ese período a pesar del no en consultas comunitarias (El Observador No. 19, junio-julio 2009 y No. 20-21, agosto-noviembre 2009), el «naufragio» total del «desarrollo rural integral» bajo la UNE (El Observador No. 26-27, agosto-noviembre 2010) y la expansión de la palma africana en esos años (El Observador No. 28-29, diciembre 2010-marzo 2011) así como la expansión de los agronegocios (El Observador No. 32-33, agosto-diciembre 2011), etc. etc. hasta las denuncias recientes a exfuncionarios de la UNE por corrupción en el caso de Odebrecht (ver http://www.soy502.com/node/181925). La banda de criminales de la UNE no se salva del naufragio del Estado neoliberal cooptarlo por las corruptas elites regionales, cacifistas y transnacionales, aunque Vela no tenga memoria política para aceptarlo y denunciarlo.

Utilizando el lenguaje de Tilly y Tarrow, aunque solo a medias, Vela nos dice también que hoy hay «diversas formas de incidir. Ya no estamos en los años noventa, cuando había una organización, una forma de lucha, una forma de ser (o creerse) progresista. Ahora no, ahora hay múltiples expresiones, diversas, donde caben muchos repertorios, muchas formas de ser y de hacer». Suena bien. Pero deja por fuera el riesgo real de la cooptación y la hegemonizacion que se corre haciendo trabajito de «incidencia» desde dentro del nido del león. Pero ese es el reformismo de la UNE, el reformismo del extremo centrismo en otra de sus variantes, el reformismo no reformista del que nos habla Gorz.

Ese reformismo no reformista lleva a Vela, una vez más, a defender a la UNE y la CICIG diciendo: «Nos sobran razones para estar optimistas, orgullosos de los pasos que se han dado. Que las cabezas de las mafias, que antes se cobijaban en el Estado están ahora presas, prófugas o a la defensiva (y lo que falta por ver aún); que en la legislatura pasada, liderada por la UNE, se aprobaron importantes reformas…»

No a la UNE, a su corrupción y a su desfalco del Estado y alianzas con contratistas corruptos.

¡Sí a los movimientos sociales de abajo!

Vamos patria hacia la #RefundaciónYa desde abajo, democrática y rupturista

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University. Su libro más reciente se titula «Gramsci’s Critique of Civil Society. Towards a New Concept of Hegemony» (https://goo.gl/Oeh4dG).

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Foto: elPeriódico

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