¿Qué es lo que la crisis del 2015 significó para las elites dominantes?

Marco Fonseca

Aparte de una crisis de hegemonía, como lo he argumentado en varias piezas, hay otro elemento que Gramsci también desarrolla y que Milton Friedman entendió y articuló para la clase capitalista:

«Solo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo depende de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable» (Citado por Naomi Klein, La doctrina del shock, p. 27).

Gramsci lo pone de este modo:

«Cuando estas crisis tienen lugar, la situación inmediata se vuelve delicada y peligrosa porque el campo queda abierto a soluciones de fuerza, a la actividad de potencias oscuras representadas por los hombres providenciales o carismáticos.»

Es más, tal y como ha ocurrido en lo que he llamado la restauración conservadora y neoliberal:

«La clase tradicional dirigente, que tiene un numeroso personal adiestrado, cambia hombres y programas y reabsorbe el control que se le estaba escapando con una celeridad mayor que la que poseen las bases subalternas. Hace incluso sacrificios, se expone a un futuro oscuro con promesas demagógicas, pero conserva el poder, lo refuerza por el momento y se sirve de él para aniquilar al adversario y dispersar a su personal de dirección, que no puede ser muy numeroso ni muy adiestrado».

Esto es, precisamente, lo que hemos visto en Guatemala desde la entrada de JM y el FCN al poder. Porque:

«El hecho de que las tropas de muchos partidos [PP, Líder, etc.] pasen a colocarse bajo la bandera de un partido único [FCN] que mejor represente y resuma las necesidades [aunque sean contingentes o temporales] de toda la clase es un fenómeno orgánico y normal, aunque su ritmo sea rapidísimo y casi fulminante en comparación con tiempos tranquilos: representa la fusión de todo un grupo social bajo una dirección única considerada la única capaz de resolver un problema dominante existencial y de alejar un peligro mortal».

Bajo el manto de la restauración conservadora y neoliberal, mucho que era considerado políticamente imposible por la total cooptación y corrupción del Estado por parte del sector privado que la crisis del 2015 reveló – como la restauración del control directo del cacifismo sobre la agenda legislativa, la de seguridad nacional, las políticas del ejecutivo – se ha vuelto hoy políticamente inevitable.

Vamos Guatemala hacia la #RefundaciónYa desde abajo, democrática y rupturista

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University. Su libro más reciente se titula «Gramsci’s Critique of Civil Society. Towards a New Concept of Hegemony» (https://goo.gl/Oeh4dG).

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