En el aniversario del asesinato de Trotsky

¿Cómo es que Bronstein se convirtió en Trotsky, la maldición de los contra-revolucionarios, los estalinistas y también los liberales?

Para Žižek lo primero que hay que hacer es borrar la: “aburguesada imagen de Trotsky popularizada por los mismos trotskistas actuales: Trotsky el libertario antiburocrático del Termidor stalinista partidario de la auto organización de los trabajadores, defensor del psicoanálisis y del arte moderno, amigo del surrealismo.”

Luego, como segundo paso, también hay que descartar la crítica izquierdista a Trotsky pues “Quienes critican a Trotsky inventaron otra figura de «Herr Bronstein»: Trotsky como el «judío errante» de la «revolución permanente» que no pudo encontrar la paz en el proceso rutinario posrevolucionario de (re) construir un nuevo orden.”

Seguido de esto, hay que recordar que el Trotsky de Terrorismo y Comunismo es inaguantable, incluso, para los trotskistas mismos, incluyendo a los más famosos como Mandel, Deutscher y Bensaid (quien es hoy también un lector de Badiou).

Para Žižek, sin embargo, hay que entender la formación del Trotsky que él nos presenta a partir de su crítica no solo a Kautsky sino también a Stalin e, incluso, a sí mismo:

“El reproche básico de Trotsky a la democracia parlamentaria no es que otorgue demasiado poder a las masas sin educación, sino que, paradójicamente, pasiviza demasiado a las masas, dejando la iniciativa para el poder del aparato del estado (en contraste con los «soviets» en los que las clases trabajadoras se movilizan directamente y ejercen su poder).”

La clave para entender al Trostky que emerge como defensor del «comunismo y terrorismo» es en su concepción del Estado, la democracia y el poder:

“La «dictadura» no significa aquí lo opuesto a la democracia, sino el propio modo de funcionamiento subyacente de la democracia: desde el principio, la tesis sobre la «dictadura del proletariado» incluía la presuposición de que es lo opuesto a otra (s) forma (s) de dictadura, ya que todo el campo del poder estatal es el de la dictadura.”

Lo que Žižek está diciendo, siguiendo a Lenin y Trotsky, es que “El estado en su aspecto institucional es una presencia masiva que no puede explicarse en los términos de la representación de intereses: la ilusión democrática es que puede.” Es más, “la visión de Trotsky sobre cómo la democracia parlamentaria es el medio de pasivizar a la mayoría también respalda su crítica a la confianza de Kautsky de que las elecciones parlamentarias funcionan como el fiel «reflejo» de las opiniones del pueblo.” Para Trotsky, sin embargo, la misma forma del Estado burgués es, ya, esencialmente una dictadura y su desmantelamiento requiere de una práctica, un acto político, que en los 20s y 30s todavía se llamaba “el terrorismo y el comunismo”.

¿Qué significa esto? “Trotsky es fiel aquí a Lenin, quien, en sus escritos de 1917, guardó su ironía más mordaz para aquellos que se dedican a la búsqueda interminable de algún tipo de «garantía» para la revolución” y que siempre la encuentran en lo que creen que es un análisis objetivo de la situación concreta, la “balanza de fuerza”, las “condiciones objetivas” que siempre resulta en la renuncia kaustkyana del comunismo y del terrorismo (en el sentido de Trotsky) y en la aceptación igualmente kaustkyana de las elecciones como “garantía” de que se están construyendo las condiciones para llegar, en algún día lejano, a lo que debe ser ya el principio.

Para una discusión más amplio de estos temas y otros, recomiendo el ensayo de Jaime Ortega Reyna y Víctor Hugo Pacheco Chávez titulado “El Trotsky de Žižek: una provocación necesaria.”

Fuente de las citas de arriba: Terrorismo y comunismo Slavoj Zizek presenta a Trotsky. Akal, 2009.

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University. Su libro más reciente se titula «Gramsci’s Critique of Civil Society. Towards a New Concept of Hegemony» (https://goo.gl/Oeh4dG).

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Tumba de Trotsky, Coyoacán, México

Foto: Marco Fonseca, 2012

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