¿Por qué quieren eliminar a Thelma Aldana de la contienda electoral?

¿Por qué quieren eliminar a Thelma Aldana de la contienda electoral?

Fue sin duda un bombazo político. Thelma Aldana aseguró en entrevista con CNN (ver https://cnn.it/2XLNS8f) que en los primeros días del mes de marzo fue alertada por elementos de la DEA (Departamento Antidrogas de Estados Unidos) acerca de un plan corrupto para asesinarla y que dicho plan había sido orquestado por Mario Estrada y Juan Pablo González del partido UCN. Encima de esto, Aldana también sugirió que el Ministerio Público, encabezado por la fiscal general Consuelo Porras, ya había sido informado de estos hechos y no habían hecho nada al respecto. En conferencia de prensa para aclarar lo que ella sabía o no sabía del plan para asesinar a Aldana, también sugiriendo que Aldana goza de suficiente seguridad para prevenir cualquier atentado en su contra (pues «tiene seguridad personal con 28 agentes de seguridad y cinco vehículos, de los cuales tres son blindados»), la fiscal general Consuelo Porras respondió a las declaraciones de Aldana diciendo que ella no sabía nada de quiénes estaban directamente amenazados/as y, en lugar de asumir una posición seria como Fiscal General, asumió abiertamente la posición del gobierno restaurador de Jimmy Morales y declaró:

“Se hace necesario que la señora Aldana comparezca personalmente ante el órgano jurisdiccional competente que ha girado orden de captura en su contra a dilucidar su situación jurídica, y si en dado caso no está de acuerdo con las actuaciones dentro del proceso, se haga presente para hacer uso de las vías que la propia Ley establece para manifestar su inconformidad” (PL – https://www.prensalibre.com/guatemala/justicia/consuelo-porras-dice-que-thelma-aldana-no-figuraba-en-informacion-que-la-dea-dio-al-mp/).

Sin embargo, no solo una persecusión legal espuria sino, más que todo, la clara amenaza de muerte contra su persona explica, en parte, por qué la candidata presidencial de Semilla ha estado en exilio temporal en El Salvador durante las últimas semanas. Al mismo tiempo, como es bien sabido, Aldana también ha venido enfretando varios intentos del Pacto de Corruptos y sus asociados/as para impedirle su inscripción como candidata presidencial de Semilla. Pero, contrario a lo que las apariencias digan, Aldana no cuenta como parte de su respaldo solamente con Semilla y sus incansables activistas y candidatos/as. También hay grupos poderosos detrás de Aldana que, aunque operen de modo indirecto y altamente mediatizado, incluso incognito, son quienes realmente hacen temblar al poder restaurador corrupto y criminal encabezado, actualmente, por el muy asediado personaje de Jimmy Morales.

En efecto, ante la restauración conservadora, sus infamias, sus intentos por recuperar espacios y su golpe constitucional, la fracción neoliberal de las elites no se ha quedado atrás y, al contrario, se ha venido presentado desde el inicio de la restauración en 2016  hasta el momento presente de golpe constitucional como la fracción de la decencia y la transparencia, la fracción multicultural, tolerante y cosmopolita, por medio de “asambleas ciudadanas” o “frentes ciudadanos contra la corrupción”. La forma más mediada y, por ello, más segura de avanzar su agenda es por medio del proyecto de la “nueva política” y la candidatura de Thelma Aldana Hernández. En parte es por ello por lo que, dentro del ciclo electoral de 2019, se han dado disputas en torno al control del centro político, así como una guerra cruenta entre representantes de la fracción conservadora que se plantearon bloquear el paso de una de las principales candidaturas del centro y del neoliberalismo reformista. Así también es que se han bloqueado candidaturas que rivalizan en la extrema derecha del espectro político como es el caso de Zury Ríos Sosa. El contraataque de la fracción neoliberal es simplemente parte de la guerra de posiciones entre las élites del bloque en el poder y la forma en que dicha guerra ha adquirido en el momento presente de golpe constitucional, proceso electoral y amenazas contra la vida de candidatos/as a posiciones públicas a varios niveles del poder estatal.

Como lo argumento en mi ensayo «La restauración total» (de próxima publicación por El Observador), en la coyuntura presente, la fracción neoliberal se presenta, ante todo, como un grupo de gente decente, tolerante, democrática que, con palabras de Gramsci, “hace incluso sacrificios, se expone a un futuro oscuro con promesas demagógicas, pero conserva el poder, lo refuerza por el momento, y se sirve de él para aniquilar al adversario y dispersar a su personal de dirección” (Gramsci, Cuadernos de la cárcel, C10 §23). Y esto es lo que se pierde de vista en la “lucha contra la corrupción” liderada, en este momento, por el extremo centrismo neoliberal. Mucha gente en la ciudadanía, incluyendo gente de los estratos y grupos subalternos de la población donde más trabajo de concientización y organización han hecho los movimientos sociales, acepta los ideologemas extremo centristas y las propuestas incluso muy banalizadas de los neoliberales; mucha gente admira y resulta seducida por las promesas de sacrificio que hacen grupos elitistas (quienes dicen que están ahora dispuestos a aceptar o llevar a cabo ciertas reformas y a dejar de pactar o renunciar al acceso corrupto e ilegítimo a los bienes, recursos y personal del Estado) y el discurso de igualdad formal ante la ley que hacen los/as ideólogos y demagogos que trabajan dentro de los partidos de cartón o del centro que dominan el proceso electoral.

Seamos claros. Las estrategias de cooptación y captura neoliberal tienen como objetivo, sin embargo, conservar o retornar al poder y, con la participación “voluntaria” y entusiasmada de la sociedad civil buena y permitida y de algunos estratos y grupos subalternos de la población, hegemonizarlo. Todo esto es valioso porque, además de recobrar la dirigencia política del Estado ampliado que la fracción neoliberal no ha tenido desde el gobierno de Berger, también les puede servir para sentar las bases “desarrollistas”, “humanitarias” y “sostenibles” que desactiven, si es que no aniquilen, al “enemigo” histórico principal: el poder constituyente que amenaza con surgir de la resistencia comunitaria, campesina y popular, de las fronteras económicas del extractivismo y las zonas sociales más marginales del “desarrollo”. La falla por parte de los grupos subalternos en cuanto a poder articular su poder en torno a la posibilidad de una Refundación alianda con las fuerzas de la anticorrupción, ha dejado el terreno totalmente abierto para que la fracción neoliberal, la más integrada a los circuitos transnacionales de la globalización capitalista, busque avanzar de modo muy mediado, indirecto, sigiloso y aparentemente desde los sectores medios e incluso desde la ciudadanía indignada, un modelo de “nueva política” con un programa político centrado en la lucha contra la corrupción y el retorno de la CICIG y un programa económico que busque la “equidad” y el “desarrollo” por medio de un modelo de crecimiento que llaman “la economía humana”. Es precisamente la alianza de la fracción neoliberal con las fuerzas e ideologemas de la anticorrupción lo que le da legitimidad a la «nueva política» y mucha posibilidad a la candidatura de Aldana y, al mismo tiempo, lo que le da pavor a la fracción conservadora y sus políticos/as y partidos de cartón.

El proyecto de Aldana no es el proyecto de los grupos subalternos, los movimientos sociales o, incluso, la ciudadanía más indignada que se levantó en protesta en 2015 y que demandó mucho más que el simple fin de la corrupción y cooptación del Estado por parte de mafias y del CACIF. Tampoco es un proyecto que pueda presentarse como heredero de la Revolución de Octubre y, a mi parecer, ni siquiera como un arevalismo (la expresión más liviana de la primavera guatemalteca) en ninguno de sus momentos. Pero, como parte del contraataque neoliberal, el proyecto de Aldana sí fue surgiendo de las inquietudes de 2015 y se ha ido forjando como una respuesta desde arriba, pero que ha sabido extraer ideologemas vacíos de abajo, para construir y socializar el consenso dominante anti-corrupción y pro-transparencia en forma de una «nueva política».

Todavía es un poco temprano para predecir cosas, pero entre más intenten deslegitimar y excluir la candidatura de Aldana, entre más amenazas hagan contra su vida, su integridad política y sus posibilidades electorales, más campaña política están haciendo a su favor tanto adentro como afuera de Guatemala. Y todo eso sin que Aldana misma se vea en la necesidad de presentar, debatir y defender un programa coherente de gobierno.

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Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University. Su libro más reciente se titula «Gramsci’s Critique of Civil Society. Towards a New Concept of Hegemony» (https://goo.gl/Oeh4dG).

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Imagen: CNN Español

Una respuesta a “¿Por qué quieren eliminar a Thelma Aldana de la contienda electoral?

  1. El partido Movimiento Semilla acepto el fallo de la Corte de Constitucionalidad (CC) y asegura que ya no presentara mas recursos para inscribirla con lo que dio por finalizada la aspiracion presidencial de Thelma Aldana para este proceso electoral.

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