El «lenguaje común» de la pobreza
Marco Fonseca

¿Quién necesita la ENCOVI para saber que la mayoría de gente en Guatemala vive en pobreza o pobreza extrema? Bien, en su columna titulada «Estadísticas y transparencia» (ver http://goo.gl/iXauRo), Fuentes Knight nos dice que «pasaron varios años sin que supiéramos por dónde íbamos». ¿De quién está hablando? ¿A quién se dirige? Ciertamente no a las mayorías sociales pobres de Guatemala. Pues esas mayorías sociales pobres tiene acceso a la pobreza como su experiencia encarnada de lo Real.

¿Quién precisa del vocabulario desarrollista (en el sentido de Escobar y Gudynas), disciplinario (en el sentido de Thompson y Foucault), ideológico (en el sentido de Althusser, Poulantzas y Zizek) y manipulador (en el sentido de Chomsky y McChesney) que usan las agencias del Estado no solo para «interpretar» la realidad social de Guatemala sino también para ponerla al servicio de una economía y un sector privado explotador, amante del desastre social y ecológico, atesorador de la «estabilidad» si ello significa ganancias y «crecimiento» (acumulación) incluso cuando hay crisis y recesión, sujeto a las reglas impuestas de la globalización corporativa por medio de CAFTA y ahora el Plan Alianza para la Prosperidad? El lenguaje de Fuentes Knight es revelador: «No sabíamos que había aumentado el número y la proporción de compatriotas con graves problemas para alimentarse, vestirse y cubrir servicios básicos.» Quizás él no sabia nada de esto y quizás no lo sigue sabiendo porque no usa ni siquiera el concepto de pobreza o pobreza extrema con toda la severidad que debería hacerlo. No, simplemente habla de «compatriotas con graves problemas…» ¡Carajo!

¿Y bajo qué condiciones puede llegar a afirmarse que hoy no era el momento más oportuno para dar a conocer los resultados horribles – «no manipulados» – de la ENCOVI? Para Fuentes Knight, «la desconfianza y la descalificación del “lenguaje” estadístico» se hizo evidente por el hecho de que «A muchos no les gustaron estas estadísticas porque demuestran que nuestro sistema socio-económico y las políticas imperantes no funcionan». Aunque justamente se refiere a Fundesa, y tiene razón en su crítica – aunque sea tímida y azucarada de esa agencia de propaganda del Cacif – es fácil sin embargo que lo mismo pueda decirse de los/as que desde afuera del sistema hemos gritado al cielo en indignación y desespero ante la ceguera no solo de la élites sino también de los/as intelectuales orgánicos del extremo centrismo – donde yo ubico a Fuentes Knight – para darse cuenta no solo de la realidad de Guatemala sino también de la función hegemónica de los discursos institucionales de la pobreza y la extrema pobreza que nutren la «buena intención» tanto del oenegenismo como de las programas sociales e incluso de la ayuda externa para la cual trabajo, precisamente, mucha gente del extremo centrismo.

La ENCOVI no es y tampoco provee «lo que debe ser un “lenguaje” para comunicarnos». La ENCOVI está empapada de ideología pnudista y desarrollista tal y como ha sido el caso de dichas encuestas desde el comienzo. Y nada a cambiado a pesar de «Conocer cada año cómo evoluciona la pobreza, mediante la realización de una encuesta de condiciones de vida» y a pesar de que las estadísticas parecen – solo parecen – ser la «manifestación de transparencia».

Cada vez que leo a Fuentes Knight me da la impresión que habla un lenguaje «común» (en el sentido de Gramsci, es decir, generador de consenso y dominación) de la pobreza, es decir, el lenguaje de las instituciones de desarrollo, desde el PNUD hasta las ONGs. Pero éste no es el lenguaje de pobreza que hablan las mayorías sociales pobres de Guatemala.

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

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Foto: La Hora