Deuda pública y riqueza privada

Guatemala tiene un problema crónico y creciente: el problema de la deuda pública.

Según el Ministerio de Finanzas ha habido en la última década o dos una transición estructural de la deuda pública: «la deuda interna a pasado a ser proporcionalmente más representativa que la deuda externa. En 2000, la deuda interna representaba el 31% del total de deuda pública, en 2011 la proporción representó el 51% y en 2017 ha llegado al 55.7% (Prensa Libre, 2016). Los bancos privados son los principales tenedores de la deuda pública interna con el 65% del total y el resto en su mayoría lo posee el IGSS (MINFIN, Análisis de la Sostenibilidad de la Deuda Pública, 2012, p. 8).

En la medida en que los fondos generados por las privatizaciones durante el gobierno de Arzú, por ejemplo, sirvieron para pagar deuda pública, los mismos han ido a los bolsillos de la banca privada nacional o internacional (principalmente la de Brasil) o los organismos financieros multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo. Desde entonces hasta hoy, sin embargo, la deuda pública no ha disminuido, sino que ha aumentado de un total de US$1.749.8 millones en 1997 a un total de US$16.451.3 millones en 2017. Es evidente, por tanto, que la deuda ha ido creciendo no solo por la brecha constante entre recaudación y presupuesto sino porque la misma está sirviendo como medio lucrativo de acumulación. Y el congreso de diputados corruptos ha hecho de la deuda pública un elemento de negociaciones con la banca privada y el cacifismo quienes, más que nadie y más allá del discurso de «justicia» y «desarrollo humano» con el que venden la deuda pública, se benefician de la misma.

Economistas del consenso dominante afirman que «un nivel de endeudamiento razonable facilita el crecimiento económico, cuando dicho endeudamiento se utilice para gasto productivo y no provoquen distorsiones que afecten el desempeño macroeconómico». La teoría de estos economistas incluso alerta sobre el hecho de que «cuando el indicador Deuda/PIB sobrepasa el 40%, la deuda deja de contribuir al desarrollo económico». Pero, lo que estos/as economistas no preguntan es ¿qué pasa cuando el aumento constante del endeudamiento, aunque se mantenga formalmente bajo un 40% del PIB (actualmente la deuda pública, como un todo, representa un 24.8% del PIB), para mantener las apariencias, se vuelve, en sí mismo, fuente importante de acumulación de capital?

Hoy, Nómada pública una investigación que para los bancos privados del país, la deuda pública «Es su principal inversión y es también una forma segura de ganar dinero libre de impuestos» (ver https://nomada.gt/?p=55497). Desde esta perspectiva el nivel óptimo de la deuda es uno que va en constante aumento para beneficio de la especulación financiera y para detrimento del bienestar público y social de Guatemala.

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Foto: Banco G&T – Wikimedia Commons

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